2010/01/01

01enero10



Hoy es inicio de año, en la transición nos tocó una luna llena "Azul", realmente no me había percatado de ello hasta que volteé hacia arriba, una luna realmente brillante. Por más que lo pienso no recuerdo en ningún tiempo pasado algo así, celebrando el fin de año y la bienvenida del siguiente con tal luz plateada. Sólo se sentía lo fresco de la noche.

Como siempre los pensamientos tienen alas y aún en medio de todos mis afectos más cercanos menos uno, todo alrededor funcionaba en desfase, todas las historias que me circundan están en su propia transición de metamorfosis.

Ya mucho más tarde justo afuera de casa se escuchó un gran estallido, que calló por un momento -y al unísono- el canto de todos los grillos que antes se escuchaban; estallido todavía más fuerte que las pequeñas detonaciones de cuetes y palomas que horas antes estaban quemando los vecinos.

Salimos a la calle a ver qué había sucedido y, justo en ese momento cuando los grillos reiniciaron su concierto, lo que encontramos fue que el teléfono público, que está casi enfrente a las puerta de nuestro hogar, le fue puesto un explosivo que lo inutilizó y lo destruyó en parte; a lo lejos sólo se escuchaba una loca carrera en medio de la oscuridad -pues muchas de las lámparas han corrido la misma suerte a pedradas-.



Como siempre: jóvenes delincuentes, como a los que a fuerza de la costumbre he terminado a habituarme en sus acciones con lo que me circunda. Manos y mentes opacadas, hijos de hogares destruidos, organismos embriagados en adrenalina en la loca fantasía de pretender hacer “daño” por no poder reparar en sí mismos su propia miseria. O al fin… sólo lunáticos bajo la luz de la luna llena.

Finalmente me devolví a mis introspecciones. En mi familia siempre ha habido la superstición de que lo último que estuviste haciendo o pensando en los últimos momentos del año es lo que ha de marcar el siguiente, afortunadamente yo sólo observaba la luna llena pensando en aquel que es iluminado con luz propia… y como aquel astro me encendía con su luz, mientras veía mis manos llenas de cenizas por la carne que asaba en ese momento.

Luz, fuego y cenizas en 2010.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Suena como una perfecta analogía... "Nace, vive y muere".

Slds.