2008/12/13

Religiosidad


Todo este misticismo católico fue una parte fundamental de mi primer desarrollo, no puedo desligar los recuerdos -de mis mayores- sin aquellos altares atiborrados con imágenes de santos en diferentes representaciones; desde las clásicas estampitas o las figuras de bulto en yeso o resinas, apostadas sobre madera.

Sin embargo, la figura femenina aparecida en el Tepeyac, era la reina en casa. Era infaltable sintonizar por televisión la misa de gallo y observar las mañanitas cada año.
Todavía puedo imaginarme en casa de mis padres a estos preparando el altar y poniendo flores frescas, y así será por mucho tiempo.

De cualquier manera siempre me llamó la atención las miradas de aquellas imágenes, en cualquiera de estas había algo que siempre me enganchaba. Una historia que por años me embelesó fue la de la virgen fotógrafa, que en sus pupilas había registrado a aquellos que presenciaron el supuesto milagro.

La mitología católica, pero aún más la popular me sigue pareciendo fascinante y entretenida.



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